El renacimiento y el mundo contemporáneo
Una de las grandes críticas que se hace el pensamiento humano, y específicamente a su quehacer es la mala memoria que nos caracteriza. Olvidamos fácilmente postulados y teorías claves dentro de nuestra era contemporánea, pero que presuponemos erróneas debido a su antigüedad, o inclusive a su olvido.
Hoy queridos amigos quiero situarnos en una época en la cual la historia humana "vuelve a la vida", el renacimiento. En esta época los pueblos modernos entran poco poco hace una etapa de madurez (siglos 14 y 15), dejan atrás los sistemas medievales y comienza a germinar una vida espiritual particular y autónoma que tiene como norte a una nueva idea de pensamiento: el humanismo.
Esta corriente encabezada por pensadores como: Erasmo de Rotterdam, Tomás Moro (su íntimo amigo), Michel de Montaigne (padre del ensayo), Dante Alighieri (quien se sitúa en el límite inicial del renacimiento) y otras figuras ligadas a las artes, religión, política, etc.
En esta época el hombre cobra (o recobra, ya que en Grecia está idea ya había sido expuesta) el centro del quehacer, y como tal se instala una reflexión de acuerdo a los cambios industriales, sociales y políticos desde el medioevo hasta los pueblos modernos, pero ¿qué queda de esto hoy?
Hoy encontramos una sociedad en función de la producción (la misma tekne que tanto nos advirtió Heidegger que podría ser nuestra propia perdición), la cual ha olvidado conceptos iniciales de nuestro espíritu contemporáneo. Por un lado vemos un gran avance la tecnología, pero por otro vemos un avance muy lento y casi imperceptible en el pensamiento creativo y moral humano. El arte casi se ha quedado sin ideas y ha tenido muchas veces que recurrir a puntos casi escabrosos e impensables de lo que llaman "arte posmoderno", la literatura nos presenta un refrito de ideas anteriores y exitosas, hasta la misma filosofía ha vendido su alma a muchas áreas (basta con echar un vistazo a las corrientes filosóficas francesas actuales, que parece más un best seller que un sistema)
Es hora que nos sentemos a recordar, que reflexionemos sobre nuestro quehacer y que nos demos una pausa en este inmediatista, es hora de reencontrarnos en parte con ése espíritu renacentista del cual cada vez queda menos en nuestra realidad.