martes, junio 12, 2007

¿Ha sido dejada de lado la imaginación en educación actual? - Imaginación y educación (parte uno)

Recuerdo que cuando niño buscaba crear juegos, e idear nuevas formas de divertirme. Para mí era fundamental poder imaginar nuevas cosas que me impresionaran y me llevaran a nuevos mundos, pero gran parte de esto se ha perdido en el mundo actual lleno de inmediatismos y practicismos.

Ya lo dice Locke: "preguntar en qué momento tiene ideas un hombre es tanto como preguntar cuando empieza percibir, puesto que tener ideas y percibir son la misma cosa".

Las ideas y la percepción son áreas que van unidas, pero no podemos dejar de lado a la imaginación lo cual ha sido dejada en demasía en educación actual, de que es preferible fomentar resultados altos en pruebas nacionales (léase simce o PSU), entrenando al alumno a resolver ejercicios o leer de forma efectiva, dejando así de lado todo trabajo que permite despertar, activar y reactivar el imaginación.

Ojo, no digo que la imaginación queda en el olvido, sino que ha pasado a segundo plano en nuestra educación, lo cual puede ser nefasto para el desarrollo ideas y la creación (ambos son pilares fundamentales para generar nuevos profesionales, investigadores y ciudadanos), y dificultaría en demasía la crítica y la reflexión. Creo que Hume puede ayudarme a explicar en parte esto:

"Es evidente que la mera vista o contemplación de la grandeza; ya sea en la sucesión o en la extensión, eleva nuestra alma y nos proporciona un sensible deleite placer. Una amplia llanura, el océano, la eternidad, la sucesión de varias edades, son objetos agradables y sobrepujan a los que, aunque bellos, no acompañan su belleza de una grandeza apropiada. Ahora bien: cuando un objeto muy distante se presenta a la imaginación, reflexionamos, naturalmente, sobre la distancia interpuesta entre él y nosotros, y concibiendo por este medio algo grande magnífico, experimentamos la satisfacción que le es usual. Como la fantasía pasa fácilmente de una idea a otra relacionada con ella y transportada a la segunda, todas las pasiones despertadas por la primera, la admiración que se dirige a la distancia se difunde naturalmente sobre los objetos distantes".

sábado, junio 09, 2007

Las utopías: Definición y concreción

"Un mapa del mundo que no incluye la utopía", dijo Oscar Wilde, y "no merece ni que se le mire, pues deja al margen al único país en el cual la humanidad está desembarcando siempre. Y, cuando lo humanidad pone el pie en tierra, mira el horizonte y descubriendo un país mejor, se hace a la vela. El progreso es la realización de las utopías"

¿Es cierto? ¿Se han realizado regularmente las utopías? Esa es una de las grandes interrogantes de nuestros días, a pesar de que muchas personas piensan que "la historia circular", o sea que lo que no resultó anteriormente tampoco resultará en ésta época ("todo lo que sube tiene que bajar, especialmente la civilización"). Al parecer, las utopías han resultado ciertas (en parte), pero sólo en el mundo exterior, ya que siempre seremos los mismos interiormente hablando, ya que por un lado la ciencia nos ha acercado a la utopía (prolongando nuestras vidas, dándonos más comodidad, etc.), pero también nos ha alejado de cualquier utopía, puesto que el progreso ha contaminado nuestras almas mediante el inmediatismo, las ansias de poder y la comodidad. Pero primero veamos que significa utopía.

Utopía: la palabra, creada por Tomás Moro significa "lo que no se da en ningún lugar". Una utopía ética o política es una construcción racional de cómo debería ser la sociedad y la relación entre ciudadanos. El pensador, partiendo de unos principios fundamentales, dice cómo debería ser realmente la sociedad para ser perfecta. Los pensadores utópicos pretenden crear sociedades si ninguno de los defectos que observan de la sociedad presente.

El término utópico se usa como adjetivo en tono despectivo para resaltar que una propuesta está muy lejos de la realidad, por muy buenas intenciones que tenga.

Los dos primeros pensadores que crearon teorías políticas sobre utopías fueron Platón y San Agustín: el primero planteaba una polis ideal en donde todo giraba en torno a la república, nadie era dueño de nada y a la vez todos eran dueños de todo. El segundo ideaba una ciudad de hermandad y colaboración, la cual tenía como fin la esperanza de la llegada de un nuevo reino, el reino de Dios.

Y he aquí mi interrogante ¿podemos pensar en la concreción de una utopía o es sólo una de tantas esperanzas de nuestras vidas (algo así como el opio de una cultura)?