Pequeños pasos hacia un ambicioso e incierto desenlace
Antes de adentrarnos en el complejo laberinto de ser y tiempo, creí conveniente crear un preámbulo a lo que vamos hacer, y mucho más aún, reflexionar sobre uno de los hechos más básicos (y no menos complejo) dentro de la filosofía: el pensar.
Heidegger en ¿qué quiere decir pensar? nos da una pequeña pauta la cual servirá como punto de referencia al trabajo arduo y laborioso que vendrá en futuras ocasiones.
Comúnmente nosotros decimos que el hombre es un ser pensante, ya que "supuestamente" yo sé que el hombre puede pensar, pero es en esta palabra, puede, en donde podemos ver la debilidad de nuestro argumento. El que yo pueda afirmar que alguien puede o no puede hacer algo no garantizan nada, ya que el poder es solamente una posibilidad (posibilidad que puede estar en potencia al no realizarla o en acto al realizarla, tal como diría Aristóteles).
Para que esta "capacidad" adquiera un mayor peso, es necesario que se proyecte hacia algo que nos guste (mögen), y eso gustado es algo que fue tomado en consideración por la persona, y a la vez al pensar en algo que nos gusta y que de nuestra consideración salimos de la esencia, produciéndose así el pensar. "Sólo si nos gusta aquello que, en sí mismo, es- lo- que- hay- que- tomar- en- consideración, sólo si somos capaces de pensar".
Pero ahora viene otro interrogante, y es la referida a lo que aprendemos, a lo cual Heidegger responde que: "el hombre aprende en la medida en que su hacer y dejar de hacer los hace corresponder con aquello que, en cada momento, le he exhortado en lo esencial". Volviendo un párrafo atrás, lo tomado en consideración y que nos exhorta a lo esencial desde ahora será llamado lo preocupante, ya que es lo que nada da que pensar y a la vez, por ello va a seguir siempre dando que pensar, ¿y en que se muestra entonces? Se muestra en que todavía no pensamos .
La filosofía en este caso adquiere una gran importancia, ya que en ella el pensar tiene un lugar de un modo preferente, pero hay que tener sumo cuidado con esto, ya que interesarse no es lo mismo que interesante, puesto que lo primero (Inter-esarse) es estar "entre" el asunto preocupante, en cambio los segundo es prestar atención banal y pueril de algo, semejante a la atención de la canción de moda, a la noticia deportiva del día o al tema de moda. La filosofía cuando es tomada como interesante, aunque se consulten muchos libros de ella, sólo se cae en un conocimiento de la historia de la filosofía, mientras que el interesarse quiere ir más allá, quiere referirse a "lo que da de pensar".
Pero al parecer lo que da que pensar se esconde, al igual que la verdad, tras un manto, le da la espalda al hombre, pero eso lo intentaremos aclarar el siguiente artículo...
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